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Arquitectos: Atelier About Architecture
- Área: 650 m²
- Año: 2025
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Fotografías:Yumeng Zhu
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Proveedores: Toto, Poliform, Viabizzuno
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La Casa J está situada en la parte occidental de Beijing, elevada en las montañas. Al norte se encuentra el Parque de las Colinas Fragantes (Parque Xiangshan), mientras que al este la vista se abre hacia la Montaña Yuquan, ofreciendo paisajes amplios y panorámicos. El propietario de la residencia pasó más de una década viviendo en el extranjero. Las flores y árboles plantados en el patio hace años siguen exuberantes y vibrantes. Junto a ellos, la hierba silvestre no atendida ha crecido libremente, mientras que las paredes exteriores de ladrillo rojo y las superficies metálicas desgastadas del invernadero son vestigios de una época pasada.
La casa original estaba situada en el lado norte del jardín. Un gran vestíbulo central dominaba el espacio interior, comprimiendo los dormitorios y las áreas de estar en el segundo y tercer piso. El balcón saliente se había convertido en un invernadero cerrado, lo que bloqueaba una cantidad significativa de luz natural. La excesiva profundidad del edificio atrapaba gran parte de su área de piso en la sombra.
La estructura familiar del propietario ha cambiado en los últimos diez años. Los hijos han crecido y comenzado sus vidas adultas, por lo que la antigua distribución ya no se adapta a su estilo de vida actual. Los miembros de la familia ahora viven dispersos en diferentes países, aunque el deseo de unidad entre generaciones ha crecido. El propietario anhela un espacio bañado de luz que ofrezca sensación de intimidad, pero que a la vez sea relativamente independiente. Además, sueñan con "habitar entre montañas con solo un pequeño jardín que puedan llamar propio".
El borde norte del sitio da a la carretera, con una diferencia de altura de hasta 1.5 metros desde el lado sur. El jardín del lado este desciende suavemente más de medio metro de norte a sur. La estrategia de diseño general aprovecha estos sutiles pero continuos cambios de elevación. Al corresponder a diferentes formas, escalas, condiciones de luz y dinámicas de la vida humana, se convierten en una fuente de expresiones espaciales diferenciadas en el nuevo diseño.
El balcón saliente y el invernadero fueron eliminados. La estructura original fue redimensionada: algunas partes ampliadas, otras reducidas, y las alturas de los pisos reajustadas para lograr una sensación cohesiva de escala. La luz solar inunda el vestíbulo de entrada de doble altura a través de tragaluces, fluyendo por un espacio de transición hasta llegar a una sala de estar rodeada de plantas orientadas hacia el interior. Gracias a los ajustes estructurales, la sala de estar ahora se ubica en una caja voladiza en el corazón mismo de la casa, con vistas hacia el área de comedor, ligeramente desplazada, y el jardín hundido. Al elevar las vigas estructurales de concreto, se creó un jardín interior sin columnas bajo la sala de estar flotante.
El vacío resultante permite que la luz solar fluya de manera natural. A medida que diversas plantas prosperan, la caja flotante de la sala de estar será finalmente abrazada por las copas de los árboles, creando una conexión armoniosa entre la vegetación interior y exterior del patio. El atrio central de doble altura en el segundo piso funciona como un pasaje que conduce a tres dormitorios, mientras que un corredor rodea la sala de estar flotante. Debido a los cambios en la distribución, el acceso a cada dormitorio es diferente. Al recorrer estos espacios, las vistas se fragmentan tanto desde el interior como desde el exterior, revelando un “jardín dentro del jardín”, envuelto en vegetación en dos niveles.
En esta reconfiguración espacial, se diseñó una cocina abierta que se conecta tanto con la sala de estar como con el jardín interior-exterior, pensada para los propietarios, quienes se destacan en las artes culinarias. Las actividades de preparación de alimentos y lectura se mantienen separadas dentro del mismo espacio, aunque la comunicación se produce mediante una interacción visual silenciosa. El área de comedor, tanto en su disposición como en los materiales utilizados, se integra perfectamente con el jardín exterior. Las plantas originales permanecen en sus ubicaciones iniciales. Guiado por piedras, el jardín oriental funciona como una entrada independiente, permitiendo a los visitantes acceder directamente a los espacios interiores superpuestos desde un patio rodeado por montañas distantes.
Este es un espacio de jardín multidimensional y superpuesto: la luz del sol fluye a lo largo de los caminos que recorren las actividades humanas —interiores, exteriores y semi-exteriores— iluminando cada rincón. Estos espacios, moldeados por diversas condiciones espaciales, ofrecen una riqueza de experiencias. Ya sea física o espiritualmente, cada uno posee su propio jardín. Se trata de una superposición no solo entre interior y exterior, sino también entre la realidad y la imaginación. Lo que importa no es hacia dónde conducen estos espacios externamente, sino cómo abren un camino hacia nuestro interior, nuestra memoria, nuestro espíritu y nuestra alma.
